Quizá la clasificación más famosa y usada en la técnica del criminal profiling respecto a la escena del crimen, es la que se relaciona con la tipología de criminales realizada por el F.B.I y la Unidad de Ciencias del Comportamiento, en concreto la clasificación criminal organizado-desorganizado.
Tras analizar muchas escenas criminales y delincuentes, llegaron a la conclusión de que los asesinos podían clasificarse en asesinos organizados y asesinos desorganizados. Ressler, profiler del F.B.I explica en su libro asesinos en serie, que hay asesinos que muestran cierta lógica en lo que hacen, son metódicos, planifican sus crímenes, son inteligentes y competentes socialmente, sería los llamados asesinos organizados. Por otra parte estarían los asesinos impulsivos, pocos inteligentes, que son incapaces de planificar sus crímenes, generalmente relacionados con trastornos esquizofrénicos, serían los asesinos desorganizados.
Desde el punto de vista psicopatológico el organizado estaría relacionado con personas psicópatas y el desorganizados con trastornos psicóticos. Ressler y los profilers del F.B.I emplearon la terminología organizado-desorganizado para que las fuerzas del orden público la pudieran usar sin tener en cuenta los matices psicopatológicos.
Los profilers del F.B.I argumentan que las diferencias entre una escena del crimen organizada y desorganizada radica en las mismas diferencias encontradas en la personalidad de los criminales organizados y desorganizados. Es decir, quien es organizado en su vida normal, será organizado cuando perpetre sus crímenes, y quien es desorganizado en su día a día, tenderá a ser desorganizado en sus crímenes. Estos grados de organización y desorganización podrán evidenciarse en la escena del crimen (Holmes & Holmes, 2009).
A continuación se muestra una tabla sacada del libro de Holmes & Holmes que compara las diferencias entre una escena del crimen de un agresor organizado y otra de un agresor desorganizado.
Organizado | Desorganizado |
agresión planeada | agresión espontánea |
victima extraña | victima conocida |
personaliza a la victima | despersonaliza a la victima |
controla la conversación | no habla con la victima o muy poco |
controla la escena del crimen | la escena del crimen es caótica |
hace sumisa a la victima | violencia súbita |
usa métodos de control | no usa métodos de control |
muchos actos agresivos | realiza sexo después de la muerte |
traslada el cadáver | no traslada el cadáver |
usa armas | no usa armas o son de oportunidad |
deja pocos indicios en la escena | hay muchos indicios en la escena. |
En líneas generales, las diferencias en las distintas escenas se basan en que una escena organizada va a dar la sensación de haber sido más planificada, los pasos y modus operandi desplegado por el criminal obedecen más a un cuidadoso plan que a un ataque de agresividad y violencia repentina. El desorganizado actúa casi sin premeditación en la escena, no controla nada de lo que hace, sin embargo el organizado ha pensado en lo que tiene que hacer, hay poca improvisación y todo sus movimientos parece haber sido ensayados anteriormente, controla todo lo que ocurre. El criminal organizado usa un arma que generalmente ha llevado consigo, es parte de su plan, el desorganizado usa un arma de oportunidad de la misma escena y muy posiblemente la deje allí.
El organizado personaliza su victima, necesita una persona a la que humillar, controlar, agredir, el agresor interactúa, se comunica con ella, tiene un significado, mientras que para el desorganizado la victima está despersonalizada, es un objeto con el que no quiere tener ninguna relación, no le vale para nada excepto ser el blanco de su ira, de su agresividad. Eso se percibe en la escena, en la manipulación y heridas de la victima.
El agresor organizado planea su huida, borra o trata de no dejar indicios que lo delaten, controla su fuga y eso se percibe en el «orden» y «limpieza» en la que deja la escena, mientras el desorganizado, en su descontrol psicótico no es capaz de realizar actos de precaución, huye apresuradamente, deja numerosas huellas, rastros e indicios.
No obstante, en la práctica real es difícil encontrar agresores y por tanto escenas totalmente organizadas o totalmente desorganizadas, más bien lo que se suele dar son escenas y comportamientos mixtos. Quizá la escena desorganizada de un crimen perpetrado por un psicótico durante un brote sea más fácil de encontrar y distinguir que una escena puramente organizada, en la que posiblemente se puedan encontrar muchos signos organizados mezclados a veces con elementos desorganizados. Eso obliga al profiler a no tratar de querer encontrar las escenas puras y que se adapten a sus estereotipos, sino a encontrar solo aquello que las evidencias hayan mostrado, huyendo de clasificaciones encorsetadas, impermeables y excluyentes que hagan perder el rigor y la objetividad del criminal profiling.
Fuente: psicologia-online.com
Autor: Jorge Jiménez Serrano
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