Los investigadores policíacos interrogan repetidamente a personas que pueden ser mentirosas, o que pueden tener algún interés en ocultar información. Por lo tanto, necesitan un método para separar los hechos de la ficción. «SCAN» puede ayudarles a hacerlo. Se han ideado varios sistemas de detección de mentiras. Algunos dependen del análisis del lenguaje corporal del sujeto; otro consiste en observar los movimientos de sus ojos. Los gestos varían con la nacionalidad y la cultura, y pueden llevar a conclusiones erróneas a alguien que no esté familiarizado con la cultura y no comprenda el código. En los Estados Unidos, con habitantes de muchas culturas, esto puede crear confusión.
Avinoam Sapir, un ex teniente de la policía israelí, imparte un curso de cuatro días sobre SCAN en el que instruye a oficiales de policía sobre cómo obtener y analizar las declaraciones de los sujetos. Empezó su carrera como poligrafista para la policía israelí, mientras estudiaba la maestría en criminología en la Universidad de Tel-Aviv. En 1981, empezó a impartir clases de SCAN en dependencias de los Estados Unidos, como la Oficina de Aduanas, las Administraciones de Seguridad Social, y otras. Ha impartido seminarios para diferentes dependencias de policía e investigación en los Estados Unidos y otros países, como: el Servicio de Inmigración y Naturalización, la División de Investigación Criminal del Ejército de EUA, la Inteligencia Militar del Ejército de EUA, el Colegio de Policía de Saskatchewan, en Canadá, la Asociación de Poligrafistas de Ohio, el Colegio Real Australiano de Policía, la Sociedad Norteamericana de Seguridad Industrial, y la Academia del FBI.
Cómo funciona SCAN
SCAN depende mucho del análisis de la declaración, y no de la observación de «los movimientos del cuerpo» o del «lenguaje corporal». La premisa básica es que la estructura y el contenido de la declaración de un sujeto revela sí hay un intento de engaño. SCAN es transcultural, en el sentido de que un interrogador puede realizar un análisis en cualquier idioma que él comprenda. Según Sapir, por lo menos el 90% de las declaraciones que se hacen son verídicas, y la mayoría de la gente no intenta mentir directamente. Por el contrario, se protegen, omiten hechos cruciales, simulan olvidos, y fingen ignorancia. La razón de esto es que los mentirosos están renuentes a comprometerse con sus mentiras, y prefieren usar trucos de conversación para evitar admisiones perjudiciales. Algunos usan trucos, como contestar una pregunta con otra pregunta, o encubrir los puntos críticos de la narración. Otro truco es llenar huecos con declaraciones no informativas como: «Platicamos» (¿sobre qué?), o «después» (¿después de qué?). SCAN estudia los patrones del habla, buscando signos que delaten el engaño, mediante el análisis de la estructura y el contenido de las declaraciones. Para lograrlo, es necesario primero obtener una declaración adecuada y «pura» del sujeto.
Consiguiendo una declaración pura
Los investigadores experimentados saben que la forma más difícil de obtener información útil es la simple rutina de pregunta-y-respuesta, con el sujeto contestando «sí» o «no». Lo importante para sonsacar una declaración es hacer preguntas abiertas, para evitar inducir al sujeto y favorecer así la espontaneidad, en la que el sujeto proporciona nueva información como respuesta a las preguntas. Los investigadores deben hacer el menor número posible de preguntas específicas para no introducir su propia información en las declaraciones del sujeto. Este es el conocido principio de: «Obtén, no des». A cualquier costo, el interrogador evita dejar que el sujeto sepa lo que él interrogador sabe o no sabe. Al darle al sujeto la menor información y ayuda posible, el investigador trata de obtener una versión no contaminada de los sucesos. La forma preferida es la primera persona, en tiempo pasado. Esto es esencial porque, como señala Sapir en su seminario, el entrevistador no puede ser objetivo. Tiene frente a sí un expediente sobre el caso, y probablemente ha realizado algunas investigaciones él mismo. Sí ha entrevistado a otros sujetos, o ha examinado evidencia física, ya ha desarrollado algunos hechos y esto hace muy difícil no llegar a ciertas conclusiones, y debe hacer un esfuerzo para evitar que sus ideas contaminen con el testimonio. La mayoría de los sujetos hablan sin que sea necesario alentarlos o hacer uso de la coerción. Aún cuando el sujeto se muestre renuente, con frecuencia es posible persuadirlo de que haga una declaración mediante el uso de la autoridad o, convenciéndolo de que necesita quitarse esa carga de encima. En otros casos, el investigador puede condicionar al sujeto para que responda, haciéndole una serie de preguntas inofensivas. Una vez que el sujeto empieza a contestar preguntas sencillas, como su nombre y dirección es difícil que se detenga, y un interrogador hábil puede llevarlo gradualmente hacia una discusión sobre temas sensibles. Sapir aconseja que el investigador admita su derrota sólo sí el sujeto declara: «No deseo hablar» como respuesta a varios esfuerzos.
Sapir señala que para lograr una declaración no basta que el entrevistador hable el 50% del tiempo y el sujeto el otro 50, considera que un interrogatorio tiene éxito sí el sujeto habla el 95% del tiempo, y el investigador sólo el 5%. Esto minimiza la contribución del investigador a la declaración final. Lo plantea aún más drásticamente: «La persona está muerta. La declaración está viva,» para demostrar que las palabras de la persona son más importantes que la persona misma.
Es muy importante evitar la contaminación. Sapir aconseja a los interrogadores que no introduzcan ningún tema en la conversación, a menos de que el sujeto lo mencione primero. Esto asegura que cada hecho o alegato que el interrogador obtenga venga del sujeto, y no de otra fuente.
Analizando la estructura
No es necesario ver al sujeto para analizar su declaración. La entrevista es necesario sólo para obtener una declaración, y la herramienta de SCAN es realmente la declaración misma. El investigador revisa la declaración palabra por palabra, renglón por renglón, sacando detalles importantes y sutiles con el Análisis Científico de Contenido.
Los patrones del habla ayudan a distinguir entre las declaraciones que tienen su origen en la memoria y las que son producto de la imaginación. Frecuentemente, el uso de los pronombres muestra el engaño, como en la supuesta víctima de un secuestro que utiliza el pronombre «nosotros» para describir a dónde fueron y qué hicieron el secuestrador y la víctima. El pronombre «nosotros» es inadecuado en este contexto, porque la relación es que «él me llevó» o «él me forzó». Sapir demuestra que no puede haber confusión sobre los pronombres, señalando que, aún cuando se esté recordando la temprana infancia, podemos recodar sí estábamos solos o con alguien más. Por lo tanto, un cambio en el uso de los pronombres en una narración denota un cambio en la relación.
Los huecos en la narración también indican mentira. Las pequeñas contradicciones con frecuencia ocultan omisiones importantes. Una persona puede saltarse un punto crítico en su declaración porque no quiere revelar lo que sucedió justo en ese momento. La frase: «No me acuerdo» con frecuencia oculta un detalle crítico que la persona que está hablando preferiría olvidar, o por lo menos evitar mencionarlo.
Algunos sujetos plantean hábilmente sus propias preguntas para evitar revelar información. El preguntar «¿Esto es importante?» en algún punto de la narración sugiere que hay información que inquieta al sujeto.
Un cambio en el tiempo indica una respuesta emocional muy fuerte. Por ejemplo, relatar la historia de una violación puede empezar con la sujeto contándolo en tiempo pasado. Cuando la violación empieza, algunos sujetos cambian al tiempo presente porque recordar es doloroso.
Analizando el Contenido
El análisis del contenido también es importante. Una regla importante en la que Sapir hace hincapié es: «nada pasa en un vacío». Ésto resalta la necesidad de examinar las circunstancias del supuesto incidente, así como el incidente mismo. Sí el sujeto trata de mentir, no sólo tiene que ocultar o cambiar el detalle crucial que está resguardando, sino que tiene que «manipular» los otros hechos del caso para que encajen con su versión. Esto deja frecuentemente rastros, ya sea inconsistencias entre lo que dice, o huecos en la narración.
La razón es que la persona que miente se basa en su imaginación, según Sapir, y la persona veraz se basa en la memoria. En la realidad, hay muchos detalles sin importancia que coexisten con hechos críticos, y con frecuencia éstos salen en las narraciones verídicas. El resultado es que una declaración engañosa será una versión «pelona», mientras que la declaración verídica también contiene información secundaria o irrelevante.
Según Sapir, la mayoría de las historias falsas (80%-90%) mencionan el punto principal hasta el final de la declaración, y después de eso no siguen con la narración. Otra diferencia entre declaraciones verdaderas y falsas es que la mayoría de las historias falsas no hacen referencia a emociones. Sin embargo las que hacen referencia a emociones las ponen lógicamente, cerca del punto más amenazante. En la realidad, lo más frecuente es que la reacción emocional más severa sea un shock posterior, que ocurre después de que el momento más amenazante ha pasado. No obstante, otra característica de las historias más falsas es que están regidas por la lógica, mientras que las historias verdaderas no son necesariamente lógicas.
Fuente: lsiscan.com
Fuente Original: Law and Order – La Revista Para La Dirección Policíaca
Autor: Tony Lesce
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