El trastorno esquizoide de la personalidad, al igual que otros trastornos de personalidad, es un patrón duradero de conducta y experiencia. Como parte de este patrón, una persona presenta dificultad para funcionar o experimenta gran angustia.
Las personas con trastorno esquizoide de la personalidad son solitarias que prefieren mantener distancia de otros y a quienes les resulta incómodo mantener relaciones personales. Ellos a veces exhiben hablan o tienen comportamiento extraños y tienen un rango plano de emociones. Este patrón comienza a principios de la adultez y es de por vida.
Aquellos con este trastorno también tienden a presentar un pensamiento claramente ilógico con ideas inusuales o creencias extrañas que no concuerdan con las ideas predominantes; por ejemplo, una fuerte creencia en percepciones extrasensoriales (PES). Estas personas podrían expresar percepciones inusuales o experiencias corporales extrañas.
El trastorno esquizoide de la personalidad se ubica en medio de un espectro de trastornos relacionados, siendo el trastorno esquizoide de la personalidad el más leve y la esquizofrenia la más grave. Estos trastornos están, quizá, biológicamente relacionados. Muchos especialistas creen que las personas con estos trastornos tienen vulnerabilidades genéticas similares, pero no está claro porqué una persona desarrollaría una forma más o menos severa de la enfermedad.
Muchas personas con el trastorno esquizoide de la personalidad tienen problemas leves con la memoria, el aprendizaje y la atención. Ellos usualmente no presentan los síntomas sicóticos más graves y discapacitantes. No obstante, las personas con trastorno esquizoide de la personalidad a veces desarrollan esquizofrenia.
El trastorno esquizoide de la personalidad aparece más a menudo en hombres y mujeres. Son bastantes comunes los síntomas de depresión y ansiedad. Aproximadamente la mitad de las personas con este trastorno tienen un episodio de depresión en algún momento de sus vidas. El estrés podría empeorar el trastorno.
Síntomas
Los síntomas principales del trastorno esquizoide de la personalidad son:
- sensación de que los eventos externos tienen un significado personal inusual
- pensamiento, creencias, percepciones o comportamiento inusuales
- habla extraña
- ideas sospechosas o paranoides
- respuestas emocionales inusuales o extrañas
- carencia de amigos fuera del núcleo familiar
- ansiedad social excesivo y persistente
Diagnóstico
Generalmente, un profesional de la salud diagnostica el trastorno esquizoide de la personalidad en base a los síntomas y antecedentes del paciente. No existen análisis de laboratorios para determinar si una persona sufre de este trastorno. Para diferenciar el trastorno esquizoide de la personalidad de otros trastornos, el profesional buscará signos de un trastorno de estado de ánimo o de ansiedad.
Duración
Todos los trastornos de personalidad son prolongados (crónicos) y a menudo de por vida. A diferencia de una enfermedad como la depresión, en este trastorno los síntomas tienden a estar siempre presentes en vez de manifestarse por episodios.
Prevención
Se desconoce cómo prevenir este trastorno; no obstante, la intervención temprana podría reducir los síntomas y mejorar el funcionamiento a largo plazo.
Tratamiento
El trastorno esquizoide de la personalidad a menudo se trata con una combinación de medicamentos y sicoterapia. Pueden recetarse medicamentos si los síntomas son evidentes. El pensamiento ilógico puede tratarse con medicamentos antipsicóticos, como la risperidona (Risperdal) y la olanzapina (Zyprexa); podría ser suficiente una dosis baja. La depresión y la ansiedad pueden tratarse con medicamentos antidepresivos y ansiolíticos estándares. Aquellos con trastorno esquizoide de la personalidad podrían tener dificultad con la sicoterapia porque parte de este trastorno radica en la incomodidad que les ocasiones entablar relaciones personales. No obstante, un terapeuta puede fomentar una relación basada en la confianza aceptando la necesidad del paciente de tener una relación más distante.
Dado que las personas con este trastorno tienen dificultad para aprender rápidamente las pautas sociales, a menudo es necesario enseñarles habilidades sociales específicas; por ejemplo, explicarles que ciertos comportamientos podrían ser vistos como rudos o antipáticos. De igual manera, un terapeuta puede ayudar a una persona con trastorno esquizoide de la personalidad a aprender cómo se distorsionan sus pensamientos y percepciones y cómo responder de la mejor manera.
Los dificultades en las interacciones sociales pueden conducir a la decepción y a un concepto bajo de sí mismo. Estos tipos de problemas podrían volverse un enfoque importante en la sicoterapia de apoyo.
Si los síntomas de una persona son de leves a moderados, esta podría adaptarse con relativamente poco apoyo. Sin embargo, si los problemas son más severos, una persona con trastorno esquizoide de la personalidad podría tener más dificultad para mantener un trabajo o vivir de manera independiente. Por ejemplo, las interacciones diarias en el trabajo podrían resultar torpes o podrían provocar ansiedad. La persona podría tener problemas para realizar las actividades cotidianas como hacer las compras u otras actividades. Las personas con este trastorno podrían, por lo tanto, necesitar más ayuda de los miembros de la familia o requerir ser asistidos en un centro residencial para el tratamiento. El paciente con este trastorno podría realizar mejor un trabajo que requiera poca relación social. Además resulta beneficioso si el supervisor del trabajo puede comprender y poner en orden las excentricidades de la persona.
Fuente: vidaysalud.com
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