La balística, en referencia a la bala, se fundamenta en las lesiones dejadas en el proyectil cuando éste se desliza por el ánima del cañón. Cada cañón deja unas marcas únicas, no hay dos cañones que dejen marcas iguales como no hay dos alicates, por ejemplo, que dejen marcas iguales en un objeto, y esto es aplicable a cualquier elemento o herramienta que produzca lesiones. Estás marcas vienen en parte por la propia fabricación, ya que no se puede conseguir la perfección absoluta si observamos por microscopio, y por otra parte viene por el propio uso del arma, que con el tiempo va dejando un tipo de lesiones.
Partiendo de este fundamento, si tenemos una bala que ha pasado por un cañón, la misma tendrá unas lesiones y una características propias del tipo de cañón, como son las estrías, su inclinación o el campo que queda entre ambas. Estas marcas son iguales, a gran escala, a cañones con esas características por lo que nos valdría para identificar el tipo de cañón. Por otro lado, quedan unas marcas propias del cañón que son aquellas que nos identifica el cañón único usado.
Se debe partir de la base que la bala tiene un diámetro ligeramente superior al del propio cañón. Esto es así para que cuando se adentre totalmente en el cañón no puedan escapar los gases que empujan a la bala (que se convierte en proyectil) generados por la pólvora, de tal modo que se evita la pérdida de presión.
Al ser superior el diámetro de la bala con respecto al cañón que a su vez, tiene un estriado que son los surcos en el propio cañón y que entre los mismos deja los llamados campos, quedan impregnados en la bala. La finalidad del estriado es hacer girar la bala en un sentido u otro (dependiendo del fabricante) a medida que pasa por el cañón para que salga del mismo girando y así, tenga una trayectoria recta. Dicho esto, el campo del cañón (el espacio entre estrías) se marca en la bala creando surcos en la misma y formándose las estrías en la bala. Las estrías en el cañón son surcos en el mismo, al igual que en la bala que también son los surcos en la misma, pero la diferencia es que la estría de la bala se crea por el campo del cañón.
Al microscopio se puede averiguar con que cañón se disparó una bala, que no tiene que ver con que arma fué disparada, serán otras lesiones significativas como las dejadas en la vaina o la capsula iniciadora la que identificará el arma. Para inspeccionar una bala hace falta que se encuentre en un estado no muy deformado o será complicado encontrar mayor número de lesiones del cañón.
Para poder comprobar dos balas, necesitamos un microscopio que pueda mostrarlas a la vez en pantalla y en el cual podamos ajustar la posición de una para poder ubicarla de tal forma que quede en la posición de la otra (microscopio de comparación), de tal manera que las lesiones puedan verse extendidas en ambas balas y de ahí a comprobar su similitud.
Fuente: seguridadpublica.es
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